La construcción residencial consta de varias etapas esenciales. Comienza con el diseño y la planificación, donde se crea el diseño arquitectónico considerando las necesidades de los residentes y se elabora un plan detallado. Luego, se obtienen los permisos y las aprobaciones necesarias antes de iniciar la construcción. La preparación del terreno implica nivelarlo y preparar los cimientos. A continuación, se construyen las estructuras residenciales, incluyendo paredes, pisos, techos y sistemas eléctricos y sanitarios. Durante este proceso, también se instalan los servicios públicos básicos. Después de la construcción básica, se realizan los acabados finales, como revestimientos de paredes, pintura y carpintería. Por último, se llevan a cabo inspecciones y aprobaciones finales para garantizar el cumplimiento de los estándares de construcción y seguridad. Una vez aprobadas, las viviendas están listas para ser ocupadas. Estas etapas son cruciales para el éxito de un proyecto de construcción residencial, asegurando que se cumplan los requisitos legales y de calidad y que las viviendas estén listas para ser habitadas.